miércoles, 24 de abril de 2013

Che caldo che fà!

Ahora que se acercan el verano y el buen tiempo, tenéis que saber que en Roma hace calor, muchísimo calor. Y ese calor, sumado a que no paras de andar y de hacer turismo por la ciudad provoca unas intensas ganas de quedarte en tu sombría casa de erasmus, o en tu habitación del hotel con el aire acondicionado al máximo. ¡¡No caigáis en la tentación!! Roma es la ciudad más indicada para recorrérsela a pie, si hace sol, da gracias, ponte tu ropa más veraniega y sal a pasear. 


Aún así Roma sabe cómo ganarse a sus visitantes, y como los romanos tienen bien claro el calor que se pasa por sus calles, especialmente en pleno verano; te ofrecen la mejor de sus ayudas para que no mueras en el intento. En cada calle, y por poco en cada esquina, encontraréis una fuente como la de la foto. El famoso "nasone" es una de las figuras emblemáticas de la ciudad, (si no que se lo digan al autor del libro "101 cose da fare a Roma almeno una volta nella vita", cuyo punto número 1 es "bere al nasone", es decir, beber del nasone). En fin, que no es necesario que andéis comprando botellas de agua, puesto que a cada paso que deis os encontraréis una de éstas. Sin embargo, beber de ella tiene su aquél. Cuando te acercas la primera vez al nasone te preguntas cómo narices se bebe si el agua sale completamente en vertical. Pues no tienes más que apoyar la palma de la mano bajo el agujero, tapándolo, y saldrá un chorro de agua hacia arriba. Problema resuelto.


Bien, después de haber hecho este homenaje al famoso nasone della mia bella città, iré al grano, y a lo que a todos nos interesa. IL GELATO. Si hay algo que nadie puede negar es que Roma es la capital mundial del helado, y con mucha razón. Cuando has vivido 6 meses alli, has tomado helado en días de lluvia, días de febrero a dos grados bajo cero y demás; sabes a ciencia cierta que el gelato romano es el mejor del mundo. No te gustará nunca más otro helado que no haya sido hecho en Roma, en una gelateria artesanale, y que no te sirva un sonriente gelatero romano. Ah!, y por supuesto estas maravillas oscilan entre el 1,50 y los 3 euros..... ¿qué más se puede pedir? Pues mucho más. Diferentes tamaños, modelos, sabores, acompañamientos.... Así nadie puede resistirse al menos a probar uno. Si quieres una tarrina, pide una copetta, y si quieres un cucurucho pide un cono. Datos a destacar: no comáis por los ojos y os pidáis uno grande.... de hecho, yo os diría que no os pidierais ni siquiera el mediano, porque no podréis acabarlo. Los helados pequeños son como nuestros medianos o grandes, y si encima le pones nata (un gelato italiano no es nada si no lleva panna), olvídate. Además los puedes pedir de dos sabores.

Os dejo una muestra de un cono piccolo para que no creáis que me lo invento:

Pues después de haberos hecho la boca agua, os dejo mis recomendaciones de los mejores gelatos en Roma (o al menos, los que a mí más me han gustado....). Y por último, un consejo: disfrutad de un gelato diferente cada día. Pero no olvidéis de comeros al menos uno todos los días. 




Giolitti: la más famosa. Audrey Hepburn no se olvidó de probar un gelato en esta heladería durante sus Vacaciones en Roma. Imprescindible la panna (la hacen ellos).

Riva Reno: cercana a la Basílica de S. Giovanni in Laterano.

Angolo del gelato: alejada del centro. Muy italiana y sin turistas. Doppia panna per favore.

Fior di Luna: en Trastevere. Por lo visto el helado de pistacchio está hecho con los mejores pistachos sicilianos, o al menos eso me contó la gelatera, y lo consiguió. El helado me supo a gloria.

Frigidarium: detrás de Piazza Navona. Siempre hay cola y muchos turistas, pero hay que reconocer que merece la pena.

Gelateria del teatro: En Via dei Coronari, una calle espectacular para recorrértela. El rincón de la heladería es maravilloso y tranquilo. Perfecto para hacer una parada antes de continuar hacia el Castel Sant'Angelo.








domingo, 14 de abril de 2013

Ilusioni ottiche: Via Niccolò Piccolomini

Una de las cosas que nos atrae mucho a los turistas, y que a Roma le sobran, son las ilusiones ópticas. Algunas son muy conocidas, pero he decidido contaros una de las menos famosas, y no por ello menos impactante; de hecho, diría que es mi favorita. 

El lugar en cuestión podría pasar desapercibido. No tiene turistas ni colas como "Il Segreto di Roma" (que ya no es tan secreto; ya os hablaré otro día de él). Nos situamos en la zona entre el Trastevere y Prati. Exactamente en Villa Doria Pamphili; que, por cierto, no podéis perderos sus jardines y el Palacio. Pues allí al lado, encontramos una calle llamada Via Niccolò Piccolomini. Es una calle larga, con un mirador al fondo. Cuando estáis al final de la calle (la parte más lejana), se puede apreciar la Cúpula del Vaticano en su máximo esplendor, enfocada entre los árboles que rodean la calle hasta el mirador. La Cúpula está a poquísima distancia de donde estamos. Id caminando hacia el mirador, observando la cúpula. Según os vais acercando más a ella, ésta se va alejando; hasta que cuando lleguéis al mirador, os daréis cuenta de que en realidad la cúpula está muchísimo más lejos de lo que parecía. ¿Curioso, eh? 


sábado, 13 de abril de 2013

I primi piatti: la pasta

Había pensado en hacer una entrada sobre la comida en Roma en términos generales, pero como podría tirarme aquí hasta mañana he pensado que es mejor, por ahora, dejaros uno sobre la pasta.

Roma es una ciudad donde se come bien, MUY BIEN. Y para ello no es necesario irte a un restaurante caro, ni lujoso, ni siquiera medianamente mono; en Roma puedes comer como jamás has comido un plato de pasta en tu vida en una tabernilla con manteles y servilletas de papel, donde no aceptan tarjeta de crédito, y con vino peleón (lo que ellos llaman "trattoria"; aunque el término está ahora muy extendido y restaurantes elaborados se hacen llamar trattoria también). A lo que voy, cuando entráis en una de estas "trattorias" y cogéis la carta, os daréis cuenta al momento de que la oferta no es muy extensa. Pues bien, lo que hoy pretendo es que entendáis las poquitas variedades que suelen ofrecer en estos sitios, para que sepáis lo que estáis pidiendo con exactitud: (lo enfoco sólo a las pastas más comunes en Roma, porque si no no acabo nunca)


Bucatini all'amatriciana: los bucatini son parecidos a los spaghetti, pero más gordos y huecos por dentro. Supongo que el nombre se debe a eso, buco=agujero. A algunas personas les resultan difíciles de comer. La amatriciana es una salsa de tomate, bacon y queso (pecorino romano normalmente).


Spaghetti cacio e pepe: mi gran debilidad. Nunca pensé que después de vivir 6 meses en Roma, mi pasta favorita iba a terminar siendo una tan sencilla. No hace falta que os diga qué son los spaghetti. "Cacio e pepe" literalmente significa "queso y pimienta". Y no hay más: queso, pimienta y spaghettis. Deliciosos. Eso sí, hacerlos bien no es tan fácil. Lo he intentado mil veces y a mí no me queda igual.


Spaghetti alla carbonara: "este me lo se" pensará alguno.... PUES NO. No tiene nada que ver con lo que entendemos en España por carbonara. En Italia la Carbonara no lleva nata. Se hace simplemente con huevo,  guanciale (similar al bacon, pero no es bacon. Aún no he entendido la diferencia), queso y pimienta.

Spaghetti funghi porcini: spaghetti con boletus.

Spaghetti alla gricia: la gricia la definiría como una mezcla entre cacio e pepe y amatriciana. La cacio e pepe con bacon, o la amatriciana sin tomate. También era uno de mis platos estrella.

Penne all'arrabiata: los penne son nuestros macarrones con rayas, creo que ahora en España les ha dado por llamarlos plumas. La arrabiata es una salsa de tomate picante. Para mí muy picante.

Pues estos son los platos más típicos de pasta romana, que encontraréis vayáis donde vayáis. Antes de acabar tenéis que saber que en Italia, o por lo menos en Roma, la pasta te la sirven muy al dente. A mí porque me gusta así, pero hay gente a la que le parece que está demasiado dura. En su defensa diré que es mucho más digestiva al dente, así que animaos a probarla. Y ya sí que acabo con dos recomendaciones de las dos trattorias donde más disfruté de algunos de estos platos:

Da Tonino - Cerca de Piazza Navona.

Da Augusto - En pleno centro del Trastevere.

Buon appetito!





Cita:

"Tutto quello che vedete, lo devo agli spaghetti."
- Sophia Loren 

("Todo lo que veis, se lo debo a los espaguetis.")

jueves, 11 de abril de 2013

Transporte a Roma.

¿Por qué hay tanto tráfico en Roma? ¿Por qué es la ciudad con mayor número de motos de Europa? La razón es sencilla: el transporte público. Pero, ¿es que Roma no tiene el transporte de una capital europea? ¿No te puedes mover tan fácilmente como en Madrid? Punto uno: olvidaos de encontrar el transporte público de Madrid en ningún otro sitio. Imposible. Es el mejor del mundo, lo tengo asumido. Una vez asumido eso, ¿qué narices le pasa a Roma? ¿QUÉ LE PASA? Pues a esta pregunta no puedo contestaros, pero eso sí, os contaré mi experiencia con los varios medios de transporte que ofrece la ciudad, para que vayáis avisados.


La metropolitana: qué bonito suena, ¿verdad? Pues no. La línea de metro de Roma, por suerte, no es LA LÍNEA de metro de Roma. Pero vamos, que son LAS DOS LÍNEAS de metro de Roma. Como lo oís; dos líneas, ni más ni menos; la A y la B. En realidad en este caso no es culpa suya; cada vez que excavan aparecen ruinas. "Por aquí no se puede, vamos por este lado.... Vaya, más ruinas, a ver por aquí..... nada imposible. Lascia stà (déjalo estar)". De hecho, desde el año 2006 llevan construyendo la línea C, que ya casi se ha convertido en una leyenda urbana, y que pasará por el mismísimo centro de Roma. El día que se inaugure me mudaré.


Il bus: nunca me he molestado en contarlas, pero probablemente haya más de 300 líneas de autobuses en Roma. Autobuses cuyo horario es el de pasar por la parada (como mínimo) cada 20 minutos. Bueno, pues si éste es el horario, lo normal es que pasen cada 30, y y lo segundo normal cada 45, y lo tercero que tarden   una hora en aparecer. Alguna vez hasta hora y media. Si tienes suerte y hace calor, no llueve y demás, te vas andando.


Il tram: el tranvía es la mejor opción de las tres. Suelen pasar habitualmente. Por desgracia, hay muy pocas líneas, así que el transporte en tram es limitado.


Taxis: En el centro no es difícil encontrarlos. Pero son carísimos. La bajada de bandera a partir de las 22.00 es de 6,50 euros. Juzgad vosotros mismos.


Así que, visto lo visto, los romanos deben buscar otras opciones. El cómodo transporte privado. Andare in macchina o in motorino supone arriesgar tu vida. En Roma hay señales, hay semáforos, hay pasos de cebra, hay ley. Sin embargo, los romanos tienen una capacidad admirable para ignorar todos ellos.



Afortunadamente, a los peatones no les ignoran, pero por vuestra seguridad os dejo un vídeo de un paso de cebra en Roma, para que no penséis que exagero:



SOLUCIÓN: id andando a todas partes mientras podáis. No sólo os ahorraréis esperas y dinero. Andar en Roma es hacer turismo permanentemente. Cada calle y cada rincón tiene algo que ver y algo que apreciar. Hacedme caso; después de una buena comida o cena en el centro, andad, andad mucho, así conoceréis de verdad la ciudad.





lunes, 8 de abril de 2013

Il grande Francesco.


Aprovechando la fecha de hoy os dejo la imagen de la persona más famosa, más querida, más idolatrada y más envidiada de la ciudad eterna. Su nombre es Francesco, y para la sorpresa de muchos, no es al Papa Francesco al que me refiero; sino a Totti. El gran Francesco ha marcado hoy el gol del empate en el esperado Derbi romano (1 Roma Vs. Lazio 1). Tuve la oportunidad de ir a un partido de la Roma contra el Inter de Milán, y además a la Curva Sud donde los giallorossi alzan sus banderas y cantan sus canciones a la par que blasfeman contra todos y cada uno de los familiares de los jugadores. Nunca aprendí más insultos italianos que en aquel partido. Volviendo a Totti; los romanistas lo consideran un dios, un modelo a seguir; mientras que las romanas, romanistas o no, se mueren por sus huesos. JAMÁS HABLÉIS MAL DE TOTTI DELANTE DE UN ROMANISTA. Probad a preguntar cuantos años tiene ya... y buena suerte.


¡¡FORZA ROMA!!

domingo, 7 de abril de 2013

Sant'Ivo alla Sapienza.

Creo que una imagen vale más que mil palabras... Tan solo diré que esta maravilla se sitúa al lado de Piazza Navona, en Corso del Rinascimento y que aunque el claustro abra todos los días sólo podréis disfrutar del interior si vais un domingo de 9.00 a 12.00.

Il dolce far niente.


No sabría deciros la traducción exacta de "Il dolce far niente", pero desde mi punto de vista sería algo así como "El placer de no hacer nada". Y parece un cliché, pero no, o al menos en Roma. Los romanos no se complican la vida, no se agobian, tranquilidad máxima, "no me agobies..." (o como diría un gran amigo: ¡¡¡¡caaaaalma!!!!). Si les da la gana de cerrar su tienda media hora antes del cierre, la cerrarán. Si están hablando por teléfono y hay una cola de 20 personas, terminarán de hablar. Si el autobús lleva media hora de retraso, a ellos qué más les da, esperan con la mejor de sus sonrisas. Así que acostumbraos, ellos no se estresarán nunca.


Pues con ello, y con una graciosa demostración de los gestos italianos (que también suena a cliché, pero creedme, NO LO ES) os dejo este vídeo de una escena de la película "Come, Reza, Ama". Os puedo asegurar que los italianos son capaces de comunicarse sólo con gestos, y que no son capaces de hablar si les atas las manos. 



Cita:

"Il segreto della mia bellezza?
 Un rossetto fiammante e farsi aspettare."

                              -Monica Bellucci

("¿El secreto de mi belleza? Un pintalabios intenso y hacerse de rogar.")

Il nostro paese a Roma


Si hay algo que le gusta a los españoles cuando salen de España es sentirse como en casa. Y en Roma, definitivamente, no las puede haber mejores. Nuestro país ocupa dos lugares estratégicos en la ciudad, así que no dudéis en acercaros a las dos Embajadas españolas (y ya que estáis, podéis hacer un poco de turismo alrededor).



La Embajada de España ante la Santa Sede y la Orden de Malta la localizamos en la mismísima Piazza di Spagna (¿dónde si no?). Así que justo de frente a nuestra Embajada podemos encontrar la famosa Scalinata que une la Fontana della Barcaccia, de Gian Lorenzo Bernini, con la Iglesia de Santa Trinità dei Monti.





La Embajada de España ante Italia está un poco menos céntrica. Exactamente en el Monte Gianicolo, al que se puede llegar andando desde el Trastevere. La extensión de la misma Embajada es la Iglesia de San Pietro in Montorio; que de hecho es territorio español; así como Il Tempietto di Bramante (imagen).Ya que estáis allí daos un paseo por la Passeggiata del Gianicolo. A cualquier hora del día podréis admirar las increíbles vistas de la ciudad.







Fast Food a San Pietro: 200 gradi

Cuando pensamos en la comida italiana lo primero que nos viene a la cabeza es pasta o pizza. Pero hoy os voy a hablar de otra de las comidas favoritas de los romanos: il panino. En España básicamente lo llamamos bocata, aunque allí el pan es diferente. Más plano, ancho y crujiente. Pues bien, si algún día estáis cercanos al Vaticano, tenéis apetito y no sois de los que tienen que sentarse en una mesa y pedir 2 platos y postre para quedarse agusto, os recomiendo que vayáis a Piazza del Risorgimento, 3 y os pidáis un auténtico panino romano en 200 gradi. Cómida rápida de calidad.

El panino en cuestión no es barato (para lo que es Roma), y cuesta a partir de 4,50 euros el bocata. Eso sí, en mi opinión de cada uno salen dos. No os sé decir el horario, pero lo que si sé es que me acerqué un sábado a las 4 de la mañana y aquello estaba abierto. Me tiré media hora eligiendo uno de su larguísima carta.

sábado, 6 de abril de 2013

Cita:

"Se c'è una cosa in Italia che funziona è il disordine."
                                  -Leo Longanesi                                   
                                   ("Si hay algo que funciona en Italia es el desorden")
                                                         

Un caffè, per favore.


La bebida energética favorita de los italianos. Eso sí, Cappuccino sólo per la prima colazione (desayuno); el resto del día te tomas otros 250 cafés, pero espresso, o te mirarán raro (y no tienen ningún problema en hacerlo descaradamente). Cuando pides un caffè, estás pidiendo un espresso. Si pides un caffè latte te traerán un vaso de tubo de leche caliente con un poco de café. Si pides un caffè macchiato te traerán un espresso con un chorrito de leche. CONCLUSIÓN: En seis meses no he visto un café con leche a la española, ni siquiera un cortado. Pero que no cunda el pánico. El cappuccino está buenísimo y dónde mejor que en Italia para tomarlo cada mañana. Y al espresso acabas por acostumbrarte, sobre todo si es bueno.


Para un buen cappuccino acercaos al Bar del Cappuccino en el gueto judío (Via Arenula, 50).


Si optáis por uno, dos, o tres espressos, la mejor opción es el Caffè Sant'Eustachio (Piazza di Sant'Eustachio, 82), a dos pasos del Pantheon y de Piazza Navona.


Y por favor, ¡¡tomároslo en la barra!! (as the Romans do).

Prima lezione

"When in Rome... do as the Romans do."

Introduzione

Mi primera entrada quiero dedicarla a explicar el sentido de este blog y de su título. Efectivamente, con gran acierto elegí la ciudad de Roma para hacer mi Erasmus; sin embargo, por gracia o por desgracia, me tocó hacerlo con una edad bastante más elevada que la mayor parte de los estudiantes españoles. Con 24 años metí mi vida en dos maletas y me fui a Roma. Tenía bien claro que no quería vivir un Madrid-de-turno en Roma, es decir, no quería hacerme un grupo de 100000 españoles erasmus, salir a sitios de españoles erasmus y sólo hacer vida española en Roma. Tenía ganas de conocer la ciudad, sus rincones, aprender italiano, comer como ellos, hacer buenas amistades locales y sobre todo, volver a Madrid (de donde NO HABÍA SALIDO NUNCA POR MÁS DE UN MES) con el sentimiento de haber vivido la verdadera vida romana, con sus pros y sus contras. Y por lo menos, ese sentimiento al que tanto aspiraba lo tengo. Así que, este blog es sólo para entreteneros a los que os interese, para descubriros la Roma que yo he conocido, y para no olvidarme de todas las cosas buenas que me han pasado durante estos seis meses.